El Árbol canta y su canto es sólo para mi...

Cada mañana llego a la oficina y el es el primero que me saluda, tan grande y majestuoso y yo tan pequeña a su lado. Cualquiera que lo mire dira que el Árbol solo se mueve porque hay viento, pero para mi su bienvenida es una reverencia de respeto y saludo que me brinda cada mañana cuando lo miro desde el portón al entrar. Camino hacia el por el pasillo de pastelones medios enterrados por el pasto, avanzo y al acercarme a el pongo mi mano en su cuerpo firme, disimulando quizás que es para afirmarme porque no pretendo que nadie se entere la complicidad que existe entre los dos... que nadie se entere que El es el gran dueño de mis más intimos pensamientos...

Mi escritorio está pegado a la muralla y a una gran ventana desde la cual lo observo. Dirán que estoy imaginando la proyección de un corte, de una celda o como quedará el relleno sanitario despues de terminado... tal vez mi jefe o mis compañeros de trabajo crean que mi mente anda divagando en asuntos laborales, pero no, no es así.... bueno, no el 100% de las veces en que me quedo pegada mirando a "mi árbol"... mis conversaciones son con el, su canto cuando el viento lo agita me brinda paz dentro de mis angustias, su frondozo verdor me da esperanza... el me escucha, me habla, responde con sus movimientos a mis preguntas... a mis eternas dudas sobre la vida, sobre el amor... sobre las cosas realmente importantes...

Aquel árbol que está tras la ventana es el amigo que no cuestiona... es mi compañia preferida!
escrito por Brujis™ a las 6:09 p.m. 6 hojas al viento